8 Mayo 2021

Visitar el Terra Sancta Museum para reconocerse en la historia de la Revelación: las colecciones arqueológicas del Studium Biblicum Franciscanum

Daniela Massara es comisaria de las colecciones arqueológicas del Terra Sancta Museum. Su primer encuentro con Tierra Santa se produjo de forma inesperada, escribiendo su tesis en Letras y Ciencias Clásicas, sobre los restos constantinianos de la Basílica de la Santa Cruz de Jerusalén, en Roma. Sin embargo, su relación con Tierra Santa fue solo el principio…


¿Cómo se entrelazó su historia con la de Tierra Santa? 

Desde que estudiaba en la Universidad Estatal de Milán me surgió la pregunta: «¿Cómo puede mi trabajo como arqueóloga ser una oportunidad para profundizar mis raíces cristianas y mi fe, heredada de mi familia?». Entonces, después de la maestría en Arqueología, busqué una pasantía en Tierra Santa para intentar profundizar este deseo, y aquí conocí a la Custodia. Di los primeros pasos en la catalogación de los hallazgos de las colecciones arqueológicas del Studium Biblicum Franciscanum, el centro de investigación y estudios bíblicos de los franciscanos de Tierra Santa, donde ahora también me dedico a la docencia. Aquí encontré un mundo completamente nuevo, por descubrir: la tierra bíblica requiere el conocimiento de muchas fuentes específicas y una metodología de acercamiento a los descubrimientos diferente a las modalidades a las que estaba acostumbrada.

Aquí también ha conocido a los arqueólogos del Studium Biblicum Franciscanum…

Sí, en Tierra Santa también he conocido a grandes maestros, los arqueólogos del Studium Biblicum, referentes no sólo en arqueología, bíblica. El padre Sylvester Saller documentó sus excavaciones de manera excepcional gracias al uso de la cámara fotográfica. El padre Stanislao Loffreda se formó en el Oriental Intistute de Chicago, junto con arqueólogos del calibre de Giorgio Buccellati y su esposa, Marilyn Kelly. Su método de vanguardia es la base de los descubrimientos y estudios realizados en las excavaciones de Cafarnaún. Además, hoy está el padre Eugenio Alliata, arqueólogo establecido y director de las colecciones. Estoy redescubriendo la importancia de tener un maestro, como él, para observar y aprender. Su mirada curiosa sobre las cosas y su humildad siempre me asombra, como si dijera: la realidad me es entregada, no es mía como derecho, pero es mía precisamente porque me es entregada, confiada a mí.

Tierra Santa es un lugar impregnado de religiosidad y esto puede convertirse en un obstáculo en el estudio, porque la arqueología puede ser instrumentalizada. Para los estudiosos franciscanos, sin embargo, la fe no es un impedimento para la búsqueda de la verdad, sino una lente que acerca y ama todavía más el objeto de estudio.

¿Cuál es el varlor de las colecciones arqueológicas del Studium Biblicum Franciscanum y por qué vale la pena visitar el Terra Sancta Museum?

Las colecciones del Studium Biblicum tienen un gran valor histórico y arqueológico.

Los estudios, excavaciones y artefactos encontrados por los franciscanos han permitido aumentar significativamente el conocimiento sobre Tierra Santa. Por ejemplo, en los materiales, en particular la cerámica, como sucedió con los hallazgos en las excavaciones de Cafarnaún, donde se encontró mucha «terra sigillata», un caso notable en Tierra Santa. Muchos arqueólogos israelíes vienen a estudiar estos hallazgos con nosotros porque tenemos muchos, para aprender a reconocer los diversos tipos de materiales. Otro ejemplo son los estudios del padre Loffreda sobre las lámparas de aceite de la época bizantina, muchos de los cuales exhibiremos en el museo, todavía un punto de partida esencial para los estudiosos de la arqueología de la época.

Además, las colecciones del Studium Biblicum también están compuestas por grupos de artefactos recolectados por instituciones o personas, como la donación de objetos egipcios por el padre Cleophas Steinhausen.

Pero el valor no radica solo en la rareza de las colecciones. Una de las razones que me impulsó a venir aquí es la procedencia de los artefactos, encontrados en los Lugares Santos. El objeto se convierte en una fuente importante para mi fe y puede serlo para la fe de millones de personas en todo el mundo. ¡Mi catalogación comenzó con algunos objetos de Cafarnaún de la casa de Pedro, pertenecientes a las capas del tiempo de Jesús! Quizás la olla que estaba estudiando no era la que usaba la suegra de Pietro para el almuerzo, pero era así, hecha de la misma manera. Gracias al estudio se ha creado un vínculo de empatía e identificación con una historia de mil años que me ha llegado y me ha cambiado la vida.

Visitar el museo es aprovechar esta oportunidad para ampliar el corazón y los horizontes y reconocerse dentro de una gran historia, la de la Revelación. Y sentirse orgulloso de formar parte.

¿Qué les diría a los jóvenes estudiantes que comienzan ahora los estudios en arqueología? 

Les diría: si descubrís en vosotros una pregunta sincera, aunque todos os digan que no vale la pena profundizar en ella, buscad la compañía de quienes la valoran, no de quienes la apagan, ¡y comprobadla!

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