20 Enero 2022

Rawan Ghneim: «Es bueno tener una conexión con los lugares de tu ciudad para reconocer y conocer tu pasado»

de OLIVIER RENARD

En febrero de 2020, la asociación Pro Terra Santa (Pro TS), en colaboración con el Terra Sancta Museum y gracias al apoyo de la Unión Europea, puso en marcha un proyecto enteramente consagrado a los jóvenes palestinos de Jerusalén Este. Nos reunimos con Rawan Ghneim, un palestino de la Ciudad Vieja de Jerusalén, encargado de las relaciones con los socios de este proyecto.


¿Puedes describirnos brevemente tu trayectoria?

Me llamo Rawan Ghneim y soy un palestino de la Ciudad Vieja de Jerusalén. Empecé a estudiar educación física y trabajé durante seis meses en este campo, pero tras este periodo, decidí trabajar en otro tipo de actividades y me comprometí como voluntario en el Centro Al-Saraya, un centro de servicios comunitarios situado en la Ciudad Vieja de Jerusalén. Allí trabajé en un programa llamado «Literatura infantil» (أدب الأطفال) que animaba a los niños a leer y aprender habilidades para la vida a través de cuentos. Al cabo de dos meses, el director me ofreció un puesto a tiempo completo y trabajé durante siete años con ellos, hasta llegar a ser director de este programa.
Después, trabajé durante dos años en Ramala para la Asociación para el Desarrollo Comunitario Basado en el Arte Al-Mada como jefe de proyecto para el programa «Por mi identidad, yo canto». Y una vez finalizado este proyecto, me convertí en coordinador de las Jornadas de Cine de Palestina organizadas por Filmlab.

 

¿Qué te atrajo hacia esta experiencia con Pro TS?

Fue una nueva aventura para mí, nueva y familiar a la vez. Familiar porque el trabajo consiste en crear redes, algo que ya había hecho durante mucho tiempo, y ya tenía muchas conexiones: con la Dirección de Educación [1], las escuelas, las OBC [2], las ONG [3], incluso con la gente de la calle, porque soy de la Ciudad Vieja de Jerusalén y he trabajado aquí durante años. Pero, por otro lado, nunca había trabajado para un museo. Así que pensé que este trabajo sería bueno y fácil para mí y, pero al mismo tiempo, un reto.

En realidad, cuando Sara y el padre Alliata [4] me llevaron al museo y me lo enseñaron, tuve una mezcla de sentimientos. Era la primera vez que entraba en este lugar y sentí que era mi responsabilidad darlo a conocer a la gente de Jerusalén. No suelo interesarme por la historia, pero con todo lo que está ocurriendo, con el robo de nuestra cultura y nuestros lugares, significaba para mí que la gente debía conocer este lugar y conocer su historia. Ha sido una experiencia muy emotiva. Como te he dicho, ha sido difícil y fácil, bonito y aterrador, y me alegro de haber aceptado el trabajo.

 
Rawan con Padre Eugenio Alliata

¿En qué consiste exactamente tu trabajo?

Mi trabajo consiste en crear una red para el Terra Sancta Museum de Jerusalén con escuelas, organizaciones comunitarias, otros museos y la comunidad local. También doy a conocer este lugar a personas que, como me sucedía a mí, suelen conocer el convento, pero no el museo que hay dentro de sus muros. Es importante porque el personal del museo es mayoritariamente europeo, por lo que se necesita a alguien que conozca los lugares, la gente, la mentalidad y cómo introducirlos en este proyecto.

Cada semana tengo una o dos reuniones y, por supuesto, siempre hay mucha correspondencia para acordar cosas. Pero las reuniones no son sólo para crear una colaboración.
Nuestro museo no es aún muy conocido por la comunidad, por lo que siempre existe el temor de caer en la trampa de la normalización. Por eso, después de crear la conexión, tengo que construir una relación basada en la confianza. Nos dirigimos a los niños, a los jóvenes y a los grupos de la comunidad local en general, es decir, a las escuelas, pero no sólo a ellas: queremos llegar a estas personas allí donde estén. Creo que los niños merecen conocer su historia, la historia de la ciudad, de una forma adecuada, bonita y entretenida. Es bueno llevarlos a lugares donde puedan jugar y aprender estas cosas al mismo tiempo.

 

¿Cómo se crea esta relación de confianza?

Bueno, para empezar, soy una persona de confianza para ellos porque todos me conocen de mis anteriores trabajos. Conocen mi opinión y mi compromiso. Pero, por supuesto, eso no es suficiente y lleva algo de tiempo. Así que les hablo del museo, de las personas que allí trabajan y también de la organización Pro TS, de cómo trabajan y de sus proyectos anteriores. Intento llevarlos al museo y que conozcan a la gente para que conecten y se sientan familiarizados con el lugar. Antes de enviar a sus hijos, tienen que estar convencidos de que es un buen lugar para ellos. También intento recabar sus opiniones y pedirles ideas para que se sientan involucrados en el proyecto.

A veces, es un proceso largo. Con algunas personas hemos tardado un año y varias reuniones en llegar a un acuerdo. No porque no quieran trabajar con nosotros, sino porque tienen dudas y temen que, si algo sale mal, la comunidad local les acuse de normalización.

En el Terra Sancta Museum, la historia que se cuenta es la historia cristiana. Pero no todos los palestinos son cristianos. ¿Es un reto hacer que los palestinos musulmanes se acerquen al museo y mostrarles el interés de este patrimonio?

Por supuesto, no todos los palestinos son cristianos, pero todos son palestinos. Palestina en general, pero Jerusalén en particular, es especial porque tiene muchas culturas y religiones. Aunque no sean cristianos, deberían conocer esta parte de la historia de la ciudad. ¡Jesús también era palestino! (Ríe) Y en realidad, también es bueno que los cristianos conozcan los lugares musulmanes. Por eso tenemos esta relación con la biblioteca y el museo islámico del recinto de Al-Aqsa [que los alumnos también visitan gracias a este programa].

Creo que ambas partes, musulmanes y cristianos, deberían conocerse mutuamente, ya sea en lo que respecta a la religión, los lugares sagrados, los museos… Ya sabes, somos una sola cultura. Rezamos de forma diferente, creemos en cosas diferentes, pero es la misma cultura, la misma lengua, la misma situación difícil que vivimos bajo la ocupación. Cristianos o musulmanes, no importa.
No hemos tenido una buena relación en los últimos años. Creo que la ocupación tuvo también un papel en esto, separándonos, utilizando la religión. En algunos niveles funcionó porque las naciones siempre se ven afectadas por las religiones, pero todos somos palestinos, no importa en qué creamos, y es bueno tener este proyecto para tratar de unirnos a todos.

¿Hay alguna institución que destaque por su participación en el proyecto?

En realidad, son tres. La escuela La Salle de Jerusalén, el Centro Al-Saraya y el museo islámico del recinto de Al-Aqsa están realmente dispuestos a participar. El Colegio de Ntra. Sra. del Pilar también está muy interesado, pero sólo ha venido recientemente debido a la pandemia y a todas las dificultades relacionadas con ella.

Rawan con cinco estudiantes palestinos capacitados en mediación en el TSM (a la izquierda)

¿Quieres añadir algo para concluir?

Me gusta mucho la idea de este proyecto: educación en el museo, actividades en el museo, es algo nuevo para nosotros. Sigo pensando que los niños deberían ver este museo y que la gente de Jerusalén debería conocer este lugar y sentir que esta es nuestra tierra. Es bueno decirle a la gente: «Este es vuestro lugar, podéis entrar, podéis disfrutar del lugar, podéis participar». Es bueno tener una conexión con los lugares de tu ciudad para que reconozcas y conozcas tu pasado. Para ser sinceros, ahora no controlamos nuestro futuro ni nuestros días, la ocupación lo controla todo por nosotros. Así que conozcamos nuestro pasado para poder, tal vez, en el futuro, recuperar nuestra tierra.

👉 Para saber más sobre este proyecto: A community living museum for Palestinian Youth.

 

(traducido del inglés por Eduardo Moreno Calero)


[1] La Oficina Gubernamental del Ministerio de Educación para las escuelas públicas palestinas en Jerusalén (ya que ningún ministerio palestino está autorizado por la autoridad israelí en Jerusalén).
[2] Organización de base comunitaria.
[3] Organizaciones no gubernamentales.
[4] Sara Cibin, historiadora del arte y directora de proyectos de Pro Terra Santa, encargada del programa «A community living museum for Palestinian Youth». Padre Eugenio Alliata, arqueólogo (Studium Biblicum Franciscanum) y director de la sección arqueológica del Terra Sancta Museum.

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