11 Febrero 2020

Preparando la apertura del Terra Sancta Museum: la restauración de un mosaico encontrado en el Monte Sión

de ELEONORA MUSICCO

Las obras de la sección arqueológica del Terra Sancta Museum se han empezado recientemente, pero el trabajo de conservación para preparar la nueva ala lleva en marcha desde hace algún tiempo. Las nuevas secciones que abrirán estarán dedicadas a los diversos lugares de Tierra Santa donde los arqueólogos del Studium Biblicum Franciscanum han excavado desde finales del siglo XIX.

«En la sala dedicada a Jerusalén, también se exhibirán los hallazgos de las excavaciones llevadas acabo en el Monte Sión, sobre una altura de 750 metros al sudeste de la actual Jerusalén» nos cuenta Daniela Massara, arqueóloga y conservadora de las colecciones arqueológicas del Terra Sancta Museum. La encontramos en el laboratorio de restauración del museo, en el corazón de la ciudad vieja de Jerusalén donde, con ayuda del restaurador, intenta limpiar los fragmentos del mosaico que formará parte de la exposición.

«Fue encontrado en 1930 en el área del cementerio latino del convento franciscano que se encuentra en el Monte Sión. No tenemos muchas noticias del contexto en el cual fue hallado este mosaico» – continua la doctora Massara – «el padre Bagatti (fray Bellarmino Bagatti ofm, 1905 – 1990) fue el primero en documentar su existencia con una foto de un fragmento representando un pájaro y enumera los motivos representados en el fragmento: un marco trenzado, un ave y nada más. No sabemos quién descubrió este fragmento y si encontró algo más. De hecho, lo que se conserva es un panel de 20 piezas con una trenza, un pájaro y una decoración en estera, un motivo decorativo más con respecto a aquellos enumerados por el padre Bagatti».

Pocos elementos fueron necesarios para despertar la curiosidad de la arqueóloga, especialista en mosaicos de la época romana, que realizó un estudio sobre el mosaico, que luego recogió en un artículo ahora en fase de publicación, en el que hace una síntesis mientras trabaja en la limpieza de las teselas.

«El estudio del mosaico está marcado por diversas fases» – nos cuenta – «inicialmente se documenta cada fragmento, informando de sus medidas, dimensiones y corte de las teselas, materiales, colores, estilos y cómo están conectadas entre sí. La segunda fase es el análisis de la decoración y el contexto arqueológico/topográfico. Estudiando los fragmentos he encontrado conexiones con un área muy cercana al cementerio de Sión, el Gallicantu, donde en los años 90, se encontró un mosaico con una composición en el centro, el busto de la diosa de la tierra «Ge», y en el relleno de los pájaros con el mismo estilo que el nuestro. También se reproduce el estilo de la trenza que lo recorre. Este mosaico quizás podría pertenecer a una villa romana cuyo tema estaría vinculado a elementos llamados «Xenia», los regalos hospitalarios, que al mismo tiempo manifiestan la riqueza del dominus, o estar asociados a otros temas, como las estaciones».

La conexión con el mosaico de Gallicantu facilita la hipótesis de una datación: «Muchos elementos ya están presentes en la cultura figurativa de la época romana e incluso la composición llevaría a fechar el mosaico en un periodo posterior al siglo III d. C.: las aves, de hecho, no han sido incluidas en un contexto narrativo o en un paisaje, sino en un fondo plano, por lo que tienen que tener un significado simbólico, probablemente vinculado a la vida de la casa».

El estudio de los detalles se extiende luego a la consideración del contexto general: «dado que las autoridades arqueológicas israelíes han encontrado una villa romana que data del mismo periodo cerca de la Ciudad de David, se puede imaginar que a lo largo de la ladera del Sión, por el valle del Cedrón, hasta llegar a la piscina de Siloé, se desarrollaron, después de la construcción de los muros de la época de Adriano, villas panorámicas. Nuestro mosaico podría ser, por tanto, parte de la decoración de los espacios de convivencia de una de estas casas».

Partiendo entonces de fragmentos que parecen muertos e insignificantes, la arqueología procede de un modo científico, apoyado en unas tesis con muchos elementos, hasta llegar a contarnos una historia más compleja y completa. Esta historia, que podrá ser enriquecida en el tiempo con nuevos descubrimientos, es la que pretendemos contar en las salas del Terra Sancta Museum.

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