20 Abril 2020

La Farmacia de San Salvador en Jerusalén

de FABIO BELTOTTO

Un patrimonio de conocimiento único en Oriente Medio.

Una rica colección de tarros, vasos, albarelos y botes de botica, farmacopeas, recetarios y registros de medicamentos cuidadosamente conservados, constituyen el inventario de la Farmacia del monasterio de San Salvador en Jerusalén. Esta farmacia ha atendido las necesidades de frailes y peregrinos, de la comunidad cristiana de la ciudad y de toda su población, independientemente de su credo, durante varios siglos.

Esta breve exposición multimedia presenta la historia de la farmacia, algunos elementos de la colección de jarrones con sus respectivas funciones y algunas páginas de antiguos libros de recetas y antídotos que han llegado hasta nosotros.

 

Bula de Clemente X

Bula de Clemente X

En el pasado, la imposibilidad de recurrir a médicos locales obligó a los frailes de Tierra Santa a formar religiosos expertos en las artes de la medicina y la farmacia, que pudieran trabajar en beneficio de la comunidad. Los primeros testimonios se remontan a 1480, cuando el papa Pío II envió a fray Baptiste de Lübeck, médico experto, a Jerusalén para tratar a los religiosos de la Custodia. Sin embargo, pronto fue necesario extender el tratamiento médico a toda la población local.
El papa Clemente X se expresó oficialmente a favor de esta actividad caritativa con la carta Cum sicut dilectus, del 7 de julio de 1670, que regulaba el ejercicio de la actividad médica y farmacéutica de los religiosos de Tierra Santa.

Bula «Cum sicut accepimus», Roma, 1670 (Inventario ASCTS, Tomo II, p. 33, n. 90);

La Farmacia de San Salvador

La Farmacia de San Salvador

A partir del siglo XV, encontramos numerosas referencias históricas sobre la actividad de los frailes en la farmacia de San Salvador. Esta fue durante muchísimo tiempo la única farmacia de Jerusalén y de Oriente Medio.
«La botica está suficientemente equipada con todos los medicamentos de calidad, adquiridos con las limosnas de los benefactores de Tierra Santa y particularmente de aquellas de la Serenísima República de Venecia, para poder tratar y curar a los enfermos» así la describe el padre Horn en la primera mitad del siglo XVIII.

Album Missionis Terrae Sanctae: album Palestino-Seraphicum. SS. Locorum prospectum, religiosa domicilia, elementares pro utroque sexu scholas, alique opera Seraphicae Terrae Sancate Custodiae referens, Jerusalem, 1882;

Los tarros de la Custodia de Terra Santa

Los tarros de la Custodia de Terra Santa

A lo largo de los siglos, el laboratorio farmacéutico se volvió cada vez más activo y el conocimiento médico de los frailes fue más profundo. La colección conservada hasta hoy posee un elevado número de ejemplares realizados especialmente para la Custodia de Tierra Santa, como lo demuestran aquellos en los que están representados la cruz de Jerusalén y el emblema franciscano.

Vaso para electuarios y albarelo en mayólica, con decoraciones y escudo de la Custodia de Tierra Santa, producción savonesa de Giacomo Boselli, 1791.

El resultado de la cooperación internacional

El resultado de la cooperación internacional

El suministro de este importante laboratorio en aparatos e instrumentos (estufas, alambiques, frascos y recipientes), así como en materias primas, no podría haberse logrado si la Custodia de Tierra Santa no se hubiera beneficiado de la cooperación internacional. La lectura de los antiguos registros de entrada señala, de hecho, la llegada de recipientes de vidrio y cerámica desde España, otros de metal desde Alemania y Austria, alambiques de Venecia, y todas las variedades de plantas medicinales, bálsamos y especias suministradas por las grandes ciudades italianas, pero sobre todo de España y Portugal.

Recetario en español, subdivido en diferentes secciones, contiene además de las recetas, la transcripción de algunas cartas de correspondencia entre el farmacéutico de San Salvador con el padre Novoa, de la provincia de Santiago de Compostela en 1910, un pequeño calendario manuscrito y recortes de periódicos. De la Biblioteca General de la Custodia de Tierra Santa, siglo XX.

La farmacia en el sistema económico y comercial

La farmacia en el sistema económico y comercial

No podemos excluir que el personal sanitario franciscano que trabajaba en la farmacia de San Salvador haya influido en la elección de la compra de los frascos, sobre todo debido a la relación que los franciscanos tenían con los comisarios de Tierra Santa de Génova y Venecia.
Debemos pensar en la relación mercantil que existía detrás de la comercialización de los recipientes de mayólica, donde se involucran también diferentes actividades e intereses. Cabe pensar, por ejemplo, en las actividades del taller de cerámica y, por lo tanto, la relación con el fabricante, también en las dificultades para transportar las mercancías desde el lugar de producción a un puerto en Oriente Medio y desde este último a Jerusalén.
La mayoría de los tarros conservados en la Farmacia de San Salvador son de producción veneciana y ligura, pero también hay otros ejemplos de producción en Pesaro, Abruzos y Sicilia.

Albarelos de mayólica con tapa, decorados con motivos vegetales y figura masculina, taller de los Callegari y Casari (Pesaro), ca. 1775.

Los tarros de Génova

Los tarros de Génova

La Custodia de Tierra Santa encargó algunas piezas a la compañía Boselli de Savona, cerca de Génova, en Italia. La colección se enriqueció con piezas adicionales de Venecia. Los tarros de Savona datan del siglo XVII al siglo XIX. Muchos de ellos tienen el sello de la empresa en la parte inferior (un halcón con una corona) y también la firma: «Giacomo Boselli Savona 1791». En la parte frontal, junto al nombre de la droga y las decoraciones, están pintados el escudo de armas de la Custodia de Tierra Santa y el de la República de Génova.

Albarelo de mayólica de Ungüento de Resina con decoraciones y escudo de la República de Génova, producción savonesa de Giacomo Boselli, 1791;

Los vasos de Venecia

Los vasos de Venecia

Otros recipientes de fabricación veneciana constituyen un núcleo bastante conspicuo.
Existen dudas sobre su datación (entre los siglos XVIII y XIX), e incluso sobre su producción: de hecho, no están marcados, como en el caso de los de Liguria, que nos informan sobre el lugar de producción. El único símbolo que se repite de manera idéntica sobre todos los recipientes es el león alado. Esto podría ser un símbolo que indica a Venecia como el lugar de producción, pero podría indicar también que Venecia era sólo el cliente o que proporcionaba los ingredientes, hierbas o medicamentos.

Botijo de botica en mayólica de Jarabe de Amapola Roja con tapa, con decoraciones, escudo veneciano y escudo con la cruz de Tierra Santa, siglo XVIII.

Albarelo

Albarelo

Este tipo de frasco es generalmente de forma cilíndrica, con una boca más estrecha: se usaba para ungüentos, sales, medicamentos y productos farmacéuticos. La colección nos muestra que los usos de este recipiente podían ser muy variados en función del tamaño y la cantidad de los medicamentos. De hecho, hay albarelos más pequeños que contienen píldoras.

Albarelo de mayólica de píldoras pestilenciales, decorado con motivos vegetales, animales y querubines, fábrica savonesa, ca. 1670;

Vasija o botijo

Vasija o botijo

La morfología de la vasija nos hace comprender de inmediato sus modalidades de uso, así como su función, limitándola a la de un recipiente adecuado para contener sustancias de una consistencia suficientemente fluida para ser vertidas. Este es el recipiente destinado a aceites y jarabes. Los tamaños de estas vasijas son bastante homogéneos.

Botijo de botica en mayólica de Jugo Ácido de Cidro decorada con elementos vegetales y querubines, probablemente producida en la fábrica savonesa Angelo Levantino, ca. 1640;

Jarrones y jarras para electuarios

Jarrones y jarras para electuarios

Se trata de un recipiente de grandes dimensiones, rellenenado total o parcialmente, debía de haber tenido un peso considerable y eso hizo que sus movimientos fueran muy limitados. Por lo tanto, su destino no podría ser el de un recipiente sometido a movimientos frecuentes, sino el de un contenedor que tuvo que colocarse en uno de los huecos de la estantería de la botica y permanecer bien firme en su lugar, con la parte inferior colocada a una altura tal que pudiera estar fácilmente a mano; de hecho, inmediatamente por encima del pie, presenta, único en términos de morfología de los recipientes, un orificio destinado a contener una cánula de un robusto grifo de bronce fijado al exterior.

Jarrón de Agua de Cebada en mayólica, con inscripción del contenido y decorado con insignias heráldicas y animales. Taller savonés, ca. 1750.

Formas Farmacéuticas

Formas Farmacéuticas

Gracias al estudio de los frascos de farmacia, podemos tener una idea de cuánto se han involucrado los frailes en estas actividades, y del grado de organización y competencia adquirida en el tiempo: la morfología de los objetos nos brinda información sobre su funcionalidad específica y sobre las características sus contenidos, permitiéndonos comprender las formas farmacéuticas utilizadas en el pasado, su composición, los métodos de preparación y su actividad.

Botella de vidrio de Spiritus Aethereus, producción alemana, siglo XX.

El estudio de las colecciones

El estudio de las colecciones

El estudio de las colecciones de farmacia y medicina también nos ofrece un amplio espectro de la antigüedad desde varios puntos de vista: el artístico (estudio de fabricación, decoración, técnica), el económico (relaciones comerciales internacionales), el farmacológico y el médico (estrechamente relacionado con eventos epidemiológicos), y finalmente el social. De hecho, debe tenerse en cuenta que todo el inventario de la farmacia es un testimonio importante de las condiciones epidemiológicas del pasado, que a su vez están influenciadas y dependen de numerosos factores. Nos proporcionan información sobre: nutrición, niveles de higiene, ubicación geográfica y condiciones económicas de un contexto histórico y social.

Recetarios y antidotarios

Recetarios y antidotarios

El estudio de los frascos, paralelamente al de los antidotarios y recetarios de entre 1500 y 1800, fue una importante herramienta de investigación para la historia de la medicina. De hecho, se ha podido constatar que los documentos correspondían a fórmulas en las que se registraba una cantidad considerable de ingredientes. Este estudio, en comparación con el de las farmacopeas contemporáneas, sugiere que a veces los llamados preparados oficinales, es decir, preparaciones y medicamentos almacenados en la farmacia, formaban parte de fórmulas mucho más complejas: estas son las llamadas fórmulas magistrales que, según el arte del galeno, mezclaron diferentes medicamentos para darles una composición y una forma adaptadas al propósito especial que el médico quería lograr.

Donzelli Giuseppe , Teatro farmaceutico, dogmatico e spagirico, con Giovanni Giacomo Roggieri, Catalogo delle piante native del suolo romano, Venecia, Gasparo Storti, 1696. Se trata de una vasta colección de recetas, procedimientos químicos y farmacéuticos, observaciones botánicas, farmacológicas y de herboristería, subdividida en tres partes. De la Biblioteca General de la Custodia de Tierra Santa (MED 33)

Las preparaciones galénicas

Las preparaciones galénicas

En esencia, el farmacéutico recibía una receta preparada por el médico, que podría incluir medicamentos almacenados en la farmacia (pomadas, mieles, conservas, jugos, bálsamos, extractos, jarabes, polvos), pero a veces también podría requerir una preparación en el acto. De ahí la suposición de que los tarros y recipientes dentro de la farmacia podrían configurarse de una manera más o menos compleja en función de los tiempos de almacenamiento o en función de los tiempos de preparación (que podrían ser muy largos).

Daniele Gatas, Raccolta di segreti farmaceutici, 1778. Las enfermedades y remedios descritos, subdivididos enXIX capítulos, son acompañados de símbolos químicos y alquímicos, proporcionando la oportuna explicación. De la Biblioteca General de la Custodia de Tierra Santa (Manuscrito MS. 76).

El Bálsamo de Jerusalén

El Bálsamo de Jerusalén

Por otro lado, los frailes también se convirtieron en especialistas en artes galénicas y fitoterapia, así como en el arte farmacéutico, basta pensar en el llamado «Bálsamo de Jerusalén». El uso de este medicamento tuvo un gran éxito desde el siglo XV, no solo en Oriente Medio sino también en Europa, e incluso se perpetúa en la actualidad.
Compuesto por boswellia, un tipo particular de planta utilizada para la producción de incienso, mirra, aloe y lentisco, requería una preparación precisa y gracias a sus propiedades significativamente antiinflamatorias, antibacterianas y antioxidantes se adecuaba y se utilizaba como panacea para tratar diversas enfermedades.

Fotografía del Laboratorio y Destilería Farmacéutica en el interior del monasterio de San Salvador

La farmacia en el nuevo museo

La farmacia en el nuevo museo

La farmacia funcionó para la población de Jerusalén hasta la Primera Guerra Mundial. La dificultad de obtener medicamentos durante la guerra y la apertura de otras farmacias en la ciudad llevaron a la Custodia a poner fin a ese servicio que se había vuelto inútil.
La antigua farmacia revivirá en una de las salas de la futura sección histórica del Terra Sancta Museum que, según el proyecto del museógrafo Jérôme Dumoux y el arquitecto Vincenzo Zuppardo, ayudará al visitante a retroceder en el tiempo. El estudio y la investigación realizados hasta el momento nos permiten reconstruir fielmente los entornos de la farmacia, los estantes, y posición de los albarelos.
En la sala de Farmacia también se podrá observar de cerca la instrumentación farmacéutica, tocar las reproducciones de los tarros de botica con la mano y oler las especias y los aromas que una vez curaron a los habitantes de Jerusalén.

Referencias bibliográficas

Referencias bibliográficas

-Album Missionis Terrae Sanctae: album Palestino-Seraphicum. SS. Locorum prospectum, religiosa domicilia, elementares pro utroque sexu scholas, alique opera Seraphicae Terrae Sancate Custodiae referens, Jerusalem, 1882;
-G.Farris, A. Storme, Ceramica e farmacia di San Slavatore a Gerusalemme, Genova, 1981;
-Olivier Lafont, “The inventory of the Contents of the Pharmacy of Saint Saviour’s Monastery in Jerusalem, in “Treasure of the Holy Sepulchre”, work published on the occasion of the exhibition “Treasure of the Holy Sepulchre”. Gifts of the European Royal Courts in Jerusalem” presented at the Chateau de Versailles, Silvana Editoriale, 2013;
-In Terrasanta. Dalla Crociata alla custodia dei Luoghi Santi, mostra Palazzo Reale, Artificio Skira, 2000;

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