La liturgia, ese deseo de habitar el Misterio
Jacques Charles-Gaffiot, historiador y miembro del Comité Científico del Terra Sancta Museum, tuvo el encargo de diseñar una sala didáctica dedicada a las formas y la importancia de la liturgia para la Iglesia Católica.
Jacques Charles-Gaffiot, ¿por qué aceptaste trabajar en una sala educativa en el corazón de la Sección Histórica del Terra Sancta Museum?
La palabra liturgia proviene del griego leiton – «público» y ergon – «función», es por tanto la expresión del culto público, ejercido en nombre de la Iglesia Católica, por personas expresamente designadas para este oficio. Hoy en día, la liturgia católica se ve con demasiada frecuencia como una especie de ritual o gesto accesorio, adjunto a la realización de las ceremonias religiosas, puesto a libre disposición de todos. Esta interpretación se muestra inadecuada para traducir su fin último: hacer sustancialmente presente a Cristo en el altar y no de forma simbólica o metafórica. En la víspera de su muerte, Jueves Santo, es el mismo Cristo quien pide a los apóstoles perpetuar para siempre la celebración: «Haced esto en memoria mía» (Lc 20, 19).
Las colecciones presentadas en el Terra Sancta Museum dan testimonio de esta memoria ininterrumpida, durante siglos, en el mismo lugar de la Resurrección. Los objetos litúrgicos ilustran la devoción y la oración de los franciscanos, así como las de millones de peregrinos a los Santos Lugares. Por eso me pareció muy importante explicar lo que significa la celebración del culto divino para la Iglesia Católica, especialmente para los creyentes de otras religiones o de otras confesiones.
¿Cómo se ha transmitido la liturgia desde los tiempos apostólicos hasta nuestros días?
En primer lugar, la liturgia se ha transmitido por tradición oral cuando el culto cristiano era todavía «clandestino» por no decir prohibido. Luego, tras el Edicto de Milán o «Edicto de Constantino», en el año 313, a través de un conjunto de prescripciones escritas, las Constituciones Apostólicas, que datan del siglo IV y recogen los legados anteriores. Han surgido así diversas tradiciones litúrgicas: rito bizantino (o griego), rito armenio, rito siríaco (el más antiguo, con la liturgia de Santiago el Menor, primer obispo de Jerusalén), rito maronita, rito caldeo, rito copto (egipcio). Paralelamente al desarrollo de los ritos orientales, se constituyó un ceremonial latino en torno a la liturgia romana que es la forma más antigua ya que se remonta directamente a la época de San Pedro que presenció la celebración de la Primera Cena. Otras tradiciones enriquecieron el rito latino: la liturgia ambrosiana (Milán, segunda mitad del siglo IV), el rito mozárabe (Sevilla), el rito bragaciano (Portugal), el rito galicano (en uso hasta el siglo VIII).
Vas a ofrecer durante todo este tiempo de Cuaresma 2021, en las redes sociales del Terra Sancta Museum, un curso de iniciación a la liturgia en torno a unos objetos. ¿Cómo los elegiste?
Hay en la liturgia el deseo de acercarse lo más posible a la perfección celestial en la administración de las cosas sagradas. Este deseo de «habitar el misterio» ha tomado diversas formas a lo largo de los siglos, que la tradición romana, por limitarse a sí misma, supo integrar sucesivamente en su ritual.
He tratado de sorprender al lector eligiendo objetos litúrgicos cuya existencia hemos olvidado o cuyo significado ya no comprendemos. Y entre una lista que podría ser larga, aquellas que nos permiten adentrarnos más profundamente en la administración de los siete sacramentos y su significado. Tal objetivo no puede ser frívolo ni inoperante, pues, como nos recuerda el Catecismo de la Iglesia Católica (III, 124), la disciplina que rige la liturgia (lex orandi) expresa los dogmas de la fe (lex credendi) o, en una fórmula aún más sucinta: «¡La Iglesia cree mientras ora!»